Editorial

La cultura es el espacio natural donde la sociedad dialoga, disiente, se reinventa y de algún modo constituye al propio ser social; es decir, funciona en el marco de la sociedad civil donde la influencia de las ideas, las instituciones y las personas se ejerce no a través de la dominación política, sino a través del diálogo y del consenso ciudadano. Por tanto, si hay un espacio donde debe anclarse la democracia y el desarrollo de los hombres y mujeres es precisamente en la cultura.
Lo que es significativo no es tanto su contenido, como el hecho que se comparta. Esas representaciones comunes ofrecen una cierta preorganización del mundo, un mapa compartido con el que orientarnos. La cultura es al mismo tiempo memoria común (una misma lengua, una misma historia, unas mismas tradiciones) y un conjunto de reglas que permiten la convivencia (convenciones sociales, códigos de conducta).
Las democracias del futuro tienen una de sus pruebas más decisivas en su capacidad de desarrollar la cultura para así contener a sociedades cada vez más plurales. Una democracia es más potente, al contrario de lo que a veces se afirma, no cuanto más consenso tiene, sino cuanto más conflicto es capaz de contener, contando con medios para lidiar esos conflictos, reconducirlos al marco común de convivencia. En la misma línea, podemos decir que no es más fuerte un estado cuanto más homogéneo culturalmente sea, sino cuanta más heterogeneidad cultural sea capaz de contener. Ese será uno de sus valores esenciales. De no avanzar por esa vía, los incentivos a la desarticulación social crecerán.

Mtro. Luis Fernando Ruz Barros

lunes, 13 de julio de 2009

GRACIAS POR EL FUEGO, GRACIAS BENEDETTI...

EL ORÁCULO DE DELFOS

Por: Lic. Luis Fernando Ruz Barros



GRACIAS POR EL FUEGO, GRACIAS BENEDETTI...

Alrededor de Mario Benedetti no sólo había lectores apasionados: había quienes veneraban su palabra, su forma de ver al mundo y la realidad social y política, pero también su manera de contar el amor y hasta el desamor. Ahora que la flama del portentoso intelecto del genial uruguayo se ha apagado, al menos a nivel de lo terrenal, debemos hacer un alto en el camino y gozar con singular placer su exquisita obra, ya siendo poesía o también novela, que sin duda desde ya se convierte en un legado inalienable para las letras no solo hispanas sino del mundo entero. De Benedetti, se ha leído mucho, recomendando ampliamente “Corazón Coraza” el poema de referencia obligada para quien el amor resulta impostergable, otros poemas no menos brillantes “Táctica y Estrategia”, “No te salves”, “Te quiero”, “El amor las mujeres y la vida”, en fin, un importante cúmulo de letras que injustamente nuevamente fueron soslayadas por la Academia Nobel cuando se clamó el premio para tal gigante, sin embargo la verdadera justicia la tiene con la inmensa cantidad d electores que por todo el mundo reconocen en sus trabajos la manera culta de vivir los días. En esta ocasión el análisis literario lo abordaremos en uno de sus textos: “Gracias por el fuego”. Esta novela, comienza como sátira sobre el neocolonialismo y la alineación cultural, termina como relato de cuño existencialista sobre el parricidio frustrado. Es la historia del tormento interior de Ramón Budiño, obviamente narrada mediante un flujo de conciencia apenas interrumpido por conversaciones que retroalimentan ese monólogo. Su empresa nació de las oscuras finanzas de su padre, a quien odia desde la infancia. Este padre y patrón a la vez, todopoderoso, pero impotente ante su amante, alimenta impulsos autodestructivos y de desprecio cínico por aquellos que lo rodean. Como es, también, emblema explícito de la patria, la novela alegoriza un destino colectivo, que se asienta en el chantaje, la cobardía y la venganza. Ramón se cree íntegro y abocado a un destino redentor, pero no cuestiona la honestidad de sus propias prácticas profesionales y afianza su propia salvación en el amor imposible por su cuñada, lo que no difumina una condescendencia más o menos despreciativa hacia el resto de las mujeres y hombres. Su conciencia escindida, humillada y maleada desviará el sacrificio: no matará al padre y repentizará el suicidio. Recorrida por dos personajes de una pieza, que a menudo filtran el discurso inequívoco de su autor, quizá lo más notable de la novela sea su compendio de indicios epocales, tanto en lo erótico como en lo ideológico, y un lenguaje a veces poético que, en su momento, parecía abrir la puerta a una cierta renovación narrativa. Es así pues, que analizar la obra de Benedetti, debe arrojarnos a recomendar la tinta de aquel hombre que detrás del bigote poblado escondía la verdadera razón del boom latinoamericano.

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