Editorial

La cultura es el espacio natural donde la sociedad dialoga, disiente, se reinventa y de algún modo constituye al propio ser social; es decir, funciona en el marco de la sociedad civil donde la influencia de las ideas, las instituciones y las personas se ejerce no a través de la dominación política, sino a través del diálogo y del consenso ciudadano. Por tanto, si hay un espacio donde debe anclarse la democracia y el desarrollo de los hombres y mujeres es precisamente en la cultura.
Lo que es significativo no es tanto su contenido, como el hecho que se comparta. Esas representaciones comunes ofrecen una cierta preorganización del mundo, un mapa compartido con el que orientarnos. La cultura es al mismo tiempo memoria común (una misma lengua, una misma historia, unas mismas tradiciones) y un conjunto de reglas que permiten la convivencia (convenciones sociales, códigos de conducta).
Las democracias del futuro tienen una de sus pruebas más decisivas en su capacidad de desarrollar la cultura para así contener a sociedades cada vez más plurales. Una democracia es más potente, al contrario de lo que a veces se afirma, no cuanto más consenso tiene, sino cuanto más conflicto es capaz de contener, contando con medios para lidiar esos conflictos, reconducirlos al marco común de convivencia. En la misma línea, podemos decir que no es más fuerte un estado cuanto más homogéneo culturalmente sea, sino cuanta más heterogeneidad cultural sea capaz de contener. Ese será uno de sus valores esenciales. De no avanzar por esa vía, los incentivos a la desarticulación social crecerán.

Mtro. Luis Fernando Ruz Barros

miércoles, 19 de noviembre de 2008

SORPRENDEME NOBEL...

EL ORÁCULO DE DELFOS

Por: Lic. Luis Fernando Ruz Barros
















SORPRENDEME NOBEL...

Una vez más y como cada año iniciamos la especulación para dilucidar lo que ha nuestro juicio puede devenir en la ceremonia de la entrega del Nobel Literario, la máxima condecoración en el planeta para quien se aprecie de escribir. La Academia sueca, la encargada de fallar los Premios Nobel, ha comunicado que anunciará el de Literatura de un momento a otro, galardón para el que circulan los nombres del peruano Mario Vargas Llosa y del mexicano Carlos Fuentes como viejos y eternos aspirantes al laurel y en los que desde hace más de dieciocho años se ha depositado la esperanza latina para figurar en las vitrinas mundiales del poder de la palabra. También entre los más citados como eventuales ganadores figuran igualmente Jean-Marie Le Clézio (Francia), Amos Oz (Israel) o Philip Roth (Estados Unidos), mientras que la Academia mantiene su habitual mutismo total. El secretario permanente de la Academia sueca, Horace Engdahl, será el encargado de hacer el anuncio del ganador. El nombre del novelista francés Le Clézio circula con insistencia en los círculos literarios suecos, según fuentes del Internet, aunque todo el mundo reconoce que se trata de meras especulaciones, aunque no se descarta otras posibles sorpresas, como la novelista alemana de origen rumano Herta Müller, o el poeta surcoreano Ko Un. En los últimos años no se ha tenido en cuenta a América y África, de modo que el peruano Vargas Llosa o el mexicano Fuentes podrían llevarse el galardón, especulan medios periodísticos y editoriales. Al igual que el año pasado, el sitio de apuestas en línea Landbrokes coloca al ensayista italiano Claudio Magris como el principal favorito, a 3 contra 1, superando a Adonis (seudónimo del poeta sirio Ali Ahmad Said), a Amos Oz y a la novelista y poetisa estadounidense Joyce Carol Oates. Es importante mencionar que el año pasado en este espacio establecimos como nuestro candidato al poeta Magris, y aunque este año siga su nombre a la cabeza de los sitios de azar preferimos que nos gane el corazón latinoamericano y apostar porque el galardón se quede en la otrora “tierra de Indias”. La cuantía del premio asciende a 10 millones de coronas suecas (unos 1,02 millones de euros). El año pasado esta prestigiosa recompensa fue otorgada a la británica Doris Lessing, quien resulta una digna representante de las letras femeninas. Los demás premios se anunciarán a lo largo de la misma semana desde la ciudad de Estocolmo, exceptuando el Nobel de la Paz, atribuido en Oslo. Estas son las fechas en las que serán anunciados todos los galardones. Este año en particular la polémica se ha acrecentado a partir de las últimas declaraciones de Engdahl en las cuales aseguró que Europa sigue siendo el centro del mundo literario y que en América la producción en cuanto a calidad se ha visto mermada y fue más allá, dijo que Estados Unidos apenas y traduce vivencias propias, por lo que ese país no participa en el gran diálogo de la literatura. Las declaraciones del especialista sueco fueron respondidas inmediatamente desde el otro lado del Atlántico por el director de una revista neoyorquina, David Remnick, quien insinuó que si hay que acusar a alguien de ignorancia es a la Academia Sueca, que no premió, entre otros grandes autores, a Marcel Proust, James Joyce o Vladimir Nabokov. Debo admitir que en esta ocasión coincido plenamente con nuestro vecino del norte, el Nobel ha generado grandes injusticias pero ese tópico amerita incluso un comentario particular en este espacio. Para zanjar un poco esta polémica termino hacer mención que el último ganador norteamericano del Nobel fue la escritora Toni Morrison, lo que ocurrió en 1993, antes de que Engdahl asumiera el cargo de secretario perpetuo de la Academia. Como corolario del presente me pronunciaré por esgrimir que, permitiéndome parafrasear a Pascal, las razones del corazón no siempre son las que finalmente marcan historia pero en esta ocasión añoro que al menos esas razones sean justas y que el Nobel nos sorprenda.

No hay comentarios: